Del propósito a la ejecución: así es el modelo de planificación estratégica que marca la diferencia en startups y empresas consolidadas

En un entorno empresarial cada vez más competitivo, incierto y cambiante, la planificación estratégica ha dejado de ser una herramienta exclusiva de las grandes corporaciones para convertirse en una necesidad transversal. Desde startups en fase de crecimiento hasta empresas consolidadas, contar con una hoja de ruta clara y compartida por todo el equipo marca la diferencia entre el éxito sostenido y el estancamiento. Así lo expone Carlos Ortiz, asesor de startups y Chief Strategy Officer en Envapro, quien ha desarrollado un modelo visual que simplifica y estructura los pasos clave del proceso estratégico.

Un modelo que parte de lo esencial: la misión y el contexto

La propuesta de Ortiz se presenta como un embudo que desciende desde lo más abstracto —la misión y los valores— hasta lo más concreto: los planes de acción. En la parte superior se sitúan los pilares fundamentales de la identidad organizativa: los valores de los fundadores, la historia de la empresa, las ideas del equipo y las tendencias del entorno. Estos elementos nutren la misión, ese propósito que da sentido a todas las decisiones.

A continuación, se analiza el mercado actual y objetivo, y se identifican las ventajas competitivas y el valor añadido que la empresa puede ofrecer. Este bloque responde a la pregunta clave: ¿dónde estamos? Y lo hace también incorporando un análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas), junto con los factores externos que pueden condicionar el camino: desde aspectos sociopolíticos y legales hasta el contexto tecnológico y competitivo.

La visión, el motor que guía la dirección futura

El segundo gran bloque del modelo responde a la pregunta ¿dónde queremos llegar?. Aquí aparece la visión ideal del negocio, que se traduce en un plan financiero y estratégico capaz de sostener esa ambición.

Para avanzar con coherencia, el esquema propone el uso de OKRs (Objectives and Key Results) u objetivos definidos con el método SMART (específicos, medibles, alcanzables, realistas y temporales). En este punto, el seguimiento continuo mediante KPIs y sistemas de feedback estructurado permite ajustar el rumbo en función de los resultados obtenidos.

Acciones concretas para alcanzar objetivos reales

La parte inferior del embudo responde al cómo vamos a llegar a esa meta: la ejecución. Es el momento de bajar la estrategia a tierra con planes de acción que especifiquen claramente responsabilidades, recursos y plazos. Las preguntas fundamentales son: ¿quién lo hará? ¿cómo? ¿cuándo? y ¿cuánto costará?

Este enfoque no solo aporta claridad, sino que evita la parálisis por análisis y permite alinear a todos los departamentos y niveles de la organización con una dirección común.

Una estrategia viva, no un documento anual

Uno de los aspectos más destacados del modelo de Carlos Ortiz es su carácter dinámico. El experto insiste en que la planificación estratégica no debe verse como un ejercicio puntual que se realiza una vez al año, sino como un ciclo continuo de análisis, ejecución y mejora, alimentado por el aprendizaje interno y externo.

“El verdadero reto no es definir la estrategia, sino ejecutarla con consistencia y adaptarla con inteligencia. Cuando una empresa alinea sus equipos con una visión compartida y planes concretos, desbloquea su verdadero potencial”, afirma Ortiz.

Una herramienta valiosa para startups y pymes

Aunque los grandes grupos empresariales disponen de estructuras sólidas y consultorías especializadas para desarrollar sus estrategias, este modelo resulta especialmente útil para startups y pymes, que muchas veces carecen de procesos claros o metodologías aplicadas.

La claridad visual del embudo, junto con la progresión lógica del proceso —de lo abstracto a lo tangible— lo convierten en una guía eficaz para fundadores, responsables de operaciones o CEOs que necesitan ordenar prioridades, alinear a sus equipos y convertir su visión en resultados.

En un contexto donde la agilidad, la capacidad de adaptación y la orientación a objetivos son más necesarias que nunca, herramientas como esta pueden marcar la diferencia entre sobrevivir o liderar. La planificación estratégica, lejos de ser un lujo, es una palanca esencial para el crecimiento sostenible.

Fuente e gráfico: Linkedin de Carlos Ortiz de Lucas