Finetwork, la operadora española de fibra y móvil, ha puesto nombre a un hábito cotidiano que se ha convertido en un fenómeno cultural: el ‘Phonning’. Este término describe la acción de caminar mientras se habla por teléfono, una práctica que, según un estudio reciente de la compañía, ya realizan más de 31 millones de personas en España.
El análisis, llevado a cabo en colaboración con Grupo IO Investigación, destaca que el 63,6 % de los españoles camina mientras mantiene conversaciones telefónicas. De ellos, un 41 % lo hace de manera intencionada, buscando proactivamente estar en movimiento durante esas charlas. Esta tendencia es más común durante las estaciones cálidas del año, como la primavera y el verano, cuando el clima invita a salir a pasear.
Los ‘phonners’, como se les denomina a estos caminantes-conversadores, recorren un promedio de 181 kilómetros al año sin siquiera darse cuenta, lo que podría convertir al ‘Phonning’ en el próximo gran fenómeno deportivo nacional. Además, el interés por esta práctica va en aumento, ya que un 40 % de los que todavía no la practican están considerando empezar. Esto se traduce en más de 7 millones de nuevos ‘phonners’ potenciales.
Teresa Rivera, directora de Marca y Comunicación de Finetwork, subraya los beneficios de esta actividad, señalando que «caminar mientras se habla no solo permite cuidar la salud de una forma natural y casi sin darnos cuenta, sino que también mejora el estado de ánimo y permite aprovechar mejor el tiempo de las conversaciones».
Con la intención de promover el ‘Phonning’ como una forma sencilla de mantenerse activo, Finetwork, junto con la agencia creativa La Despensa, ha creado una edición limitada de zapatillas específicamente diseñadas para esta actividad. Además, la compañía ha desarrollado un reglamento con pautas y un toque humorístico que prevé distribuir entre instituciones deportivas, con el fin de fomentar este hábito saludable en la sociedad española.
Este movimiento por parte de Finetwork busca no solo reconocer un fenómeno ya existente, sino también transformarlo en una práctica consciente y beneficiosa, contribuyendo así al bienestar de quienes, sin quererlo, ya lo practican.