La Autoridad de Competencia de Turquía impuso una multa de 2.610 millones de liras turcas (75 millones de euros) a Google, acusando a la empresa de utilizar su posición dominante en el mercado publicitario para favorecer su propia plataforma de suministro en detrimento de sus rivales. El fallo, reportado por Bloomberg, señala que esta práctica viola las leyes de competencia del país.
Detalles del caso
El organismo regulador afirmó que Google abusó de su dominio en la tecnología utilizada para automatizar la venta de espacios publicitarios. En la decisión se incluyeron cinco entidades relacionadas con la empresa, entre ellas Google International LLC, Google LLC, Google Ireland Ltd. y Alphabet Inc., la matriz de Google.
Google tiene un plazo de seis meses para ajustar sus prácticas y ofrecer a las plataformas de suministro de terceros condiciones que no sean menos favorables que las que aplica a sus propios servicios. De no cumplir, enfrentará multas diarias adicionales, según la decisión del regulador.
Además, el gigante tecnológico tiene la opción de apelar el fallo, aunque aún no ha emitido un comunicado oficial al respecto.
Precedentes y contexto global
Esta no es la primera vez que Google enfrenta sanciones por parte de Turquía. En junio de este año, la Autoridad de Competencia turca multó a la compañía con 482 millones de liras por su servicio de búsqueda de hoteles, alegando que Google dificultaba la operación de sus competidores a pesar de su posición dominante en el mercado de servicios de búsqueda general.
El fallo en Turquía se suma a otros casos recientes contra Google a nivel global:
- En Estados Unidos, un juez declaró ilegal el monopolio del motor de búsqueda de Google.
- En Europa, los reguladores exigieron información sobre su asociación publicitaria con Meta, como parte de una investigación en curso sobre prácticas anticompetitivas.
Impacto y próximos pasos
Este fallo pone de relieve la creciente presión que Google enfrenta por parte de los reguladores internacionales para garantizar prácticas comerciales justas en mercados clave. En el caso de Turquía, el regulador busca nivelar el terreno para las plataformas de suministro de terceros, mientras advierte que el incumplimiento podría resultar en sanciones más severas.
La multa no solo afecta financieramente a Google, sino que también podría tener implicaciones en sus estrategias comerciales a nivel mundial, ya que enfrenta un escrutinio cada vez mayor sobre cómo opera en mercados dominantes como el de la publicidad digital.
La compañía ahora deberá decidir si ajusta sus prácticas comerciales en Turquía o si presenta una apelación para tratar de revertir esta decisión. Mientras tanto, el caso refuerza el debate sobre el poder de las grandes tecnológicas y el papel de los reguladores en garantizar la competencia en la era digital.